Ya sabéis de mi gusto por las pajas, así que nada, aquí os dejo una joyita que nos regala un colega de afición. Lo mejor de todo no es el hecho en sí, sino la cara del amigo, que no veas la pinta, ahí tranquilo tocándose más agusto que un arbusto. ¡Que grande, al ritmo de la música!
2 comentarios:
Lalaralala Lalaralala
El pajeador más tranquilo y a la vez más embrutecido.
Y encima, exhibicionista, aunque se tape sus vergüenzas...
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